Las residencias de la Fundación San Rosendo lucieron sus adornos más terroríficos para sumarse a la fiesta de Samín con talleres y manualidades.
El Samaín se ha convertido en una de las fiestas más populares del otoño. En los últimos años, esta celebración llena de calabazas, disfraces y terror ha ido conquistando a público de todas las edades. Los usuarios de las residencias de la Fundación San Rosendo también han querido sumarse a la fiesta.
En todos los rincones de la provincia, los mayores y los trabajadores de los centros participaron en diferentes actividades de celebración de la fiesta de los muertos. Hubo talleres de manualidades, vaciado de calabazas, disfraces y tocados, adornos por todas las residencias e incluso se animaron a preparar una queimada para espantar los malos espíritus.
Todos juntos disfrutaron de una jornada llena de sustos y diversión. Algunos centros, como la residencia Nuestra Señora de la Esperanza de Ourense, incluso se animaron a preparar una animada coreografía.