Olga Eiró Parente lleva en el centro de Nuestra Señora de las Nieves más de 25 años. El pasado19 de abril, los demás usuarios y las trabajadoras del centro le organizaron una fi esta sorpresapor llegar a centenaria. Su secreto: “Haber sido muy buena”
Maceda es un pueblo pequeño, pero con encanto. Conserva la esencia del rural, por las fi ncas que lo rodean, eintegra el ajetreo de los coches y las obras. Subiendo una colina desde la carretera general, tras variasbifurcaciones, se llega a un llano donde solo se escucha algún grillo. Un remanso con vistas a una pequeñamontaña. Allí, se sitúa la Residencia de Nuestra Señora de las Nieves.
“Está muy emocionada”, asegura en la entrada principal Lola Ferreño, la directora del centro. “Vendrá cuandoesté preparada”. Al poco, Olga aparece andando con una sonrisa y su bastón, marcado por una etiqueta con su nombre. Saluda con entusiasmo y se sienta.
Nació en 1923, vivió la dictadura y fue al colegio hasta los 14 años. “A muchos niños los mandaban a cuidar delas ovejas, pero mi padre decía que teníamos que ir al colegio”, recuerda. Sabe leer y escribir, aunque cuentaque el otro día fue a coger la agenda para redactar y se le olvidó un momento. “Lo que más me falla es la cabeza”, asegura.
Sin embargo, el único problema de salud que tuvo en estos 25 años fue una neuralgia que le paralizó el lado izquierdo de la cara, de la que ya está recuperada. “¡Hasta hace tres años solo tomaba media pastilla para prevenir el colesterol!”, exclama la directora.
Olga cree que la genética tiene que ver, en parte: “Mis padres vivieron sin enfermedades los dos, y mi hermano, que ya falleció”. Pero asegura que su secreto para haber llegado a centenaria es “haber sido muy buena y no tener cargo de conciencia”. A los jóvenes les aconseja “ser muy felices y disfrutar”.