La Fundación San Rosendo ofrece una alternativa a las personas mayores válidas que no desean ingresar en una residencia. Se trata de los apartamentos tutelados.
En la provincia de Ourense, la entidad que preside José Luis Gavela cuenta con 90 plazas de esta modalidad asistencial en Beariz, Carballeda y en la capital. Veinte personas viven en los apartamentos Alfredo Romero, emplazados en la avenida de Pontevedra de la ciudad. «Este apartamento es como si fuese mi casa. Es mi casa. Aquí se está de maravilla. Además, estoy en el centro de Ourense», destaca María del Carmen Fernández. Fue a raíz de una enfermedad cuando decidió abandonar su piso de Doctor Fleming y mudarse a su estudio. «Me vine para aquí porque me quitaron una mama. Yo no quería venir. La verdad sea dicha, pero cuando me dieron la quimio, a última hora ya no aguantaba de pie. Entonces fue cuando decidí venir y estoy muy feliz», indica. Lleva ya casi seis años en este estudio, que aunque estaba amueblado, quiso decorar a su gusto. «La sala de estar es de mis papás. Me lo pidió mi padre antes de morir. Me dijo que si algún día vendiera el piso, que me llevase esta sala», recuerda. Le gusta pasear y comer junto a una prima que tiene en A Valenzá. También viajar. «El mes de mayo lo pasé en Benidorm».
Además, los usuarios tienen la ocasión de participar en talleres de memoria o ir a la biblioteca. Otros, optan por ir al bar del pensionista. «Aquí pouco paramos», apunta Luis Vila Babarro, de 84 años, mientras echa un vistazo a la prensa en el comedor. Hace cuatro años que este vecino de Taboadela vive en esta vivienda de la Fundación San Rosendo.
Desde A Coruña, Perfecto García se mudó a la ciudad de As Burgas, a finales de 2016. Natural de Escairón, en Lugo, este jubilado de Fenosa pasó buena parte de su vida en la ciudad herculina. Allí, buscó centros que le permitiesen seguir viviendo de manera independiente, pero con servicios básicos como el de comida o limpieza, pero ninguno se ajustaba a lo que él quería. «En A Coruña había muchas residencias, pero para tener un servicio parecido a éste, me costaba el doble. Allí era el cuarto de baño compartido. Cosa que yo no quería ni quiero», explica. «Éste lo vine a ver y me gustó todo. En mi caso, tengo mucha soledad porque yo soy así, pero no es que la culpa la tenga nadie», prosigue. Su decisión de mudarse a otra ciudad, en un primer momento, disgustó a su hijo. Precisamente, la directora del centro Alfredo Romero, Marián Torres, señala que el motivo principal por el que las personas mayores solicitan este tipo de modalidad asistencial es para no molestar a sus hijos. «Hai outros que deciden vir porque non se queren ver sos na casa».
En cuanto a las mensualidades, Torres afirma que los precios son asequibles en comparación con otras provincias. «Non chega aos mil euros, con todo incluido». No obstante, reconoce que no todos los jubilados se puede permitir este tipo de apartamentos. «As pensións en Ourense son pequenas, polo que moitos deles venden os seus pisos para poder estar aquí ou ben os alugan», apunta la directora del centro, con capacidad para 26 personas. «Poden vir dende os 60 anos. Botan aquí dende a súa chegada ata que se trasladan a un centro de asistidos. De feito, acabamos de mudar a tres personas que levaban doce anos no centro».