Otro año que se acaba, 2014 llega a su fin. Podríamos hablar de más de 2014 experiencias tanto buenas como malas. 365 días dan para mucho, pero lo importante es intentar hacer cada día las cosas de la mejor manera posible, puesto que esto repercute en el bienestar de todos.
Nadie dijo que nuestro trabajo seria fácil, pero si que merecería la pena vivir tantas experiencias juntas y aprender de la gente con la que compartimos tantas y tantas horas.
Tenemos que quedarnos con los buenos momentos, puesto que son la base de nuestro trabajo y lo que hace que nos levantemos con una motivación y que luchemos cada día por ser mejores en nuestro trabajo y para que la gente se sienta orgullosa de lo que hacemos, siempre empezando por nosotros mismos.
No podemos dejar a un lado los malos momentos, esos que hacen que muchas veces estemos a punto de tirar la toalla. De ellos se forja nuestra personalidad y hacen que nos vayamos superando como profesionales y personas.
Lo importante ante cualquiera de estas circunstancias es no perder la sonrisa, puesto que “un día sin reír es un día perdido».
Feliz año 2015 desde la Residencia Monterrey.
Cristina Outeiriño
Educadora Social